La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha confirmado la decisión del rey Felipe VI de nombrar al líder socialista Pedro Sánchez como el nuevo candidato para la investidura, después del intento fallido del aspirante popular, Alberto Núñez Feijóo.
El Rey ha encomendado a Sánchez la tarea de obtener la confianza de la Cámara, para lo cual necesitará inicialmente el respaldo de la mayoría absoluta de sus miembros (176 escaños) o, en una segunda instancia, más votos a favor que en contra.
Armengol ha evitado hablar sobre los posibles plazos para la celebración del debate de investidura. Ha señalado que hay tiempo hasta el 27 de noviembre, fecha límite en la que, en caso de que el intento de Sánchez no tenga éxito, se convocarían automáticamente nuevas elecciones.
La presidenta del Congreso se prepara ahora para ponerse en contacto con el candidato designado, buscando el momento apropiado que permita a Sánchez cerrar los acuerdos necesarios que le aseguren los votos.
Una vez que el candidato esté seguro de que la “situación está suficientemente madura”, se convocará al Pleno de manera urgente. Este paso es crucial para que Sánchez pueda presentar su programa y argumentar su idoneidad para liderar el gobierno.
El proceso de investidura será un momento clave para evaluar el apoyo político a Sánchez y determinar si puede formar un gobierno estable. En caso de no lograr la investidura, se abriría la posibilidad de nuevas elecciones, lo que añade presión a las negociaciones y acuerdos políticos en curso.
La incertidumbre sobre el resultado y los posibles escenarios políticos futuros se mantendrá hasta que se celebre el debate de investidura y se conozcan los resultados de la votación en el Congreso.